El plan de 11 años
El Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria, mejor conocido como Plan de Once Años, fue parte de la política educativa federal del entonces presidente Licenciado Adolfo López Mateos (1958-1964).
Ante la imposibilidad de formular un plan general que abarcara todos los ciclos del sistema educativo, se decidió atacar el problema desde sus inicios. La Comisión presentó una propuesta: el Plan Nacional de Expansión y Mejoramiento de la Enseñanza Primaria cuyo propósito era garantizar, en un plazo de once años, la enseñanza elemental a todos los niños entre los 6 y los 14 años que tuvieran posibilidad efectiva de asistir a la escuela y no la recibieran por falta de aulas, de grados escolares, de maestros o por cualquiera otra razón de orden escolar. La realización de este ambicioso proyecto implicaba dos acciones complementarias: por una parte, aumentar en todos los rincones del país las oportunidades de inscripción, y por otra, establecer los grados superiores en aquellos establecimientos que carecieran de ellos de tal suerte que en un lapso de once años, pudieran ofrecerse las instalaciones y servicios necesarios para satisfacer la demanda real existente en todos los grados escolares. Así, tratando de esquivar los vaivenes políticos, el Plan de Once Años representó el primer intento en México por planificar la educación a largo plazo.
Ciertamente este proyecto no era la solución definitiva a la demanda cuantitativa de la educación primaria pero era una determinación realista aunque también más difícil de precisar.
Ciertamente el proyecto, a pesar de haber analizado múltiples factores, había partido de una base poco confiable. Sin embargo, Torres Bodet había decidido seguir adelante.
El Plan de Once Años fue aprobado el 1 de diciembre de 1959. Los trabajos se iniciaron de inmediato. La Comisión afirmó que la realización de este proyecto "estaba dentro de las posibilidades técnicas de la SEP" y "no plantearía al país problemas financieros insolubres" aunque obviamente se requería de una cuantiosa erogación de carácter extraordinario -aproximadamente un total de 9,000 millones de pesos en base a los costos y salarios de 1959-. Las autoridades decidieron estudiar la manera de distribuir la carga para que no quedara únicamente concentrada en el presupuesto federal sino que pudiera contarse también con la colaboración estatal y privada, propósito que a la larga tuvo escasos resultados. Asimismo, un órgano permanente fue creado con el propósito de vigilar el progreso del plan y rectificar, periódicamente, los datos que no había sido posible prever con anterioridad.
El Plan de Once Años continuó su marcha, aunque no con el mismo vigor, bajo la administración de Gustavo Díaz Ordaz. Un presupuesto menor afectó el programa. En 1970, año en que debería de concluir el proyecto, no había sido posible alcanzar las metas. Se había partido de datos que no correspondían exactamente a la realidad. La explosión demográfica había sobrepasado todos los cálculos y la meta se había hecho más lejana: el problema de la eficiencia del sistema en este nivel, continuaba y las diferencias educativas entre el medio rural y el urbano persistía: de cada diez alumnos que el sistema lograba mantener hasta sexto grado, 9 eran urbanos y sólo uno rural.
Pese a todas las deficiencias sufridas, los resultados del Plan de Once Años eran trascendentes. Con este esfuerzo, a mediados de los años setenta, México había logrado una notable expansión del sistema educativo nacional para integrarse, con paso firme, a un mundo en constante proceso de modernización.
sábado, 16 de enero de 2010
viernes, 15 de enero de 2010
La escuela moderna
Puntos que fundamentan la Escuela Moderna
Uno de los puntos más importantes, es considerar que todo niño nace sin ideas preconcebidas y la enseñanza no debe prevenir errores, sino tratar de experimentar y conocer la verdad. Afirma a su vez, que el conocimiento no puede tener límites (en referencia al uso de una lengua) y su enseñanza no debe limitarse a una clase social (la más favorecida), sino a aquellos que la desconocen, con el fin de que la sociedad se regenere.
En su programa, niños y niñas comparten un mismo espacio justo, libre y verídico, libre de todo prejuicio, donde las ciencias naturales sustituirían al sentido dogmático y donde desarrollaría las actitudes y capacidades de cada alumno con el fin de que mejorar la potencialidad del grupo y de la sociedad.
El primer paso para congregar a niños y niños en la escuela, sería pedir a los padres que apuntasen a sus hijos a la escuela, que apuntasen también a sus hijas. Esta será la base de integración en que niños y niñas crezcan juntos. Esta postura se refleja en un artículo escrito por el autor, en el que dice que la coeducación niño−niña, evitará en el futuro que la mujer sea la mujer del hombre ya que convivirá con él compartiendo su vida, sin opresión ni sobreprotección. A su vez impartirá cursos para padres, con el fin de que la primera pedagogía recibida por el niño no sean cuentos y fábulas desligados de la ciencia y de su tiempo, que hacen que crezca entorno a una falsa ciencia.
Por otra parte, afirma que la mujer no debe permanecer en el hogar, pues conforme a la filosofía: La mujer es continuidad en el proyecto de la vida y hombre es el individuo que la posibilita; la mujer debe en la medida de sus posibilidades naturales, aportar innovación en la educación de la sociedad y de su regeneración.
La coeducación de ambos sexos se prolonga en el ámbito de los derechos humanos, en el que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derecho; terreno en el que Ferrer y Guardia afirma que los oprimidos y explotados deber ser rebeldes para hacer que dichos derechos se cumplan en ellos. Emplazado al terreno educativo, los derechos no van precedidos ni de odios ni de amores; es decir, la creación de ese derecho surge directamente de la coeducación de ricos y pobres, que nace en sí misma como idea reparadora, necesaria y buena. Llegar a tal propósito, fue posible gracias a la realización de matrículas personalizadas en concordancia con los recursos económicos de las familias.
En el apartado de la higiene escolar, el autor resalta la importancia que tiene el control de las epidemias en la escuela, a causa de la desescolarización que se puede producir de algunos alumnos, y en algunos, puede afectar profundamente a dicha institución. Como medidas, establece la vigilancia en la salubridad del edificio, ayuda paterna a aquellos críos que permanezcan en cuarentena, un programa de educación física, etc.
A su vez, anima a potenciar la salud de los aprendices con el juego y la expresión de las emociones cuando están sanos; y a cuidarla cuando se está enfermo (no olvidar que la enfermedad es falta de salud). Éstos serán fundamentos que el niño aprenderá y transmitirá a otros niños, probando por sí mismos con el tiempo que se saca más utilidad de ser solidario y bueno, que de no serlo.
El profesorado en la Escuela Moderna sólo cumple una función; pues partiendo de que los niños aprenden por sí mismos en su ambiente y naturaleza, el maestro sólo debe ser una ayuda al alumno cuando ésta la requiera, pues se da el caso en el alumno puede no estar preparado para comprender un proceso y necesitar más tiempo para aprehenderlo, siendo esta comprensión la base sobre la que el maestro trabaje en la siguiente actividad o tarea.
Ferrer y Guardia, justifica esta pedagogía, afirmando (con un ejemplo) que si cada especie de perro, necesita una educación distinta, ¿Por qué no habría de ser igual en el ser humano?. Por esta razón natural, afirma que seguir y no interrumpir el curso natural de la vida en la educación, facilitará que la educación tenga menos fallos, que la naturaleza por su propia curso irá perfeccionando.
En la Escuela Moderna no existen ni el premio ni el castigo, porque la enseñanza racional sobre la que se basa es un método de defensa contra el error y la ignorancia. Dicho método no incluye castigos, premios o exámenes con sus correspondientes calificaciones; pues calificar a los alumnos supone hacer distinciones intelectuales que les pueden confundir y dar información falsa de sus cualidades; cuando precisamente el método de la escuela trata de liberarles de su vinculación a los patrones dogmáticos, que muchas veces sus padres pretenden que también les sean impuestos en la escuela −algo que no sucederá− y que probablemente los niños enseñarán a sus padres que influyendo positivamente en su conducta.
A su vez, los castigos de profesores en la escuela serán erradicados con la expulsión del maestro, ya que una de las bases de esta pedagogía es crear un entorno de convivencia, paz y alegría.
El laicismo pretende que los jóvenes, mediante un conocimiento natural de la vida y la sociedad, puedan con el tiempo procurarse a sí mismos una forma de vida que les haga les haga felices en sociedad. Una de las herramientas que se pusieron al servicio de los alumnos, fue la biblioteca, a través de la cual los alumnos disponen de textos y cuentos de apoyo. Estos cuentos hablan unos de mitología, otros de religión, enfocados en ofrecer el conocimiento desde un punto de vista de informativo y objetivo, y desde el punto de vista negativo que también han tenido en ocasiones a lo largo de la historia. Este material está diseñado para la educación de los alumnos, pero son válidos para personas de todas las edades y oficios, ya que el conocimiento ha de ser universal y comprensible para todo el mundo.
Uno de los puntos más importantes, es considerar que todo niño nace sin ideas preconcebidas y la enseñanza no debe prevenir errores, sino tratar de experimentar y conocer la verdad. Afirma a su vez, que el conocimiento no puede tener límites (en referencia al uso de una lengua) y su enseñanza no debe limitarse a una clase social (la más favorecida), sino a aquellos que la desconocen, con el fin de que la sociedad se regenere.
En su programa, niños y niñas comparten un mismo espacio justo, libre y verídico, libre de todo prejuicio, donde las ciencias naturales sustituirían al sentido dogmático y donde desarrollaría las actitudes y capacidades de cada alumno con el fin de que mejorar la potencialidad del grupo y de la sociedad.
El primer paso para congregar a niños y niños en la escuela, sería pedir a los padres que apuntasen a sus hijos a la escuela, que apuntasen también a sus hijas. Esta será la base de integración en que niños y niñas crezcan juntos. Esta postura se refleja en un artículo escrito por el autor, en el que dice que la coeducación niño−niña, evitará en el futuro que la mujer sea la mujer del hombre ya que convivirá con él compartiendo su vida, sin opresión ni sobreprotección. A su vez impartirá cursos para padres, con el fin de que la primera pedagogía recibida por el niño no sean cuentos y fábulas desligados de la ciencia y de su tiempo, que hacen que crezca entorno a una falsa ciencia.
Por otra parte, afirma que la mujer no debe permanecer en el hogar, pues conforme a la filosofía: La mujer es continuidad en el proyecto de la vida y hombre es el individuo que la posibilita; la mujer debe en la medida de sus posibilidades naturales, aportar innovación en la educación de la sociedad y de su regeneración.
La coeducación de ambos sexos se prolonga en el ámbito de los derechos humanos, en el que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derecho; terreno en el que Ferrer y Guardia afirma que los oprimidos y explotados deber ser rebeldes para hacer que dichos derechos se cumplan en ellos. Emplazado al terreno educativo, los derechos no van precedidos ni de odios ni de amores; es decir, la creación de ese derecho surge directamente de la coeducación de ricos y pobres, que nace en sí misma como idea reparadora, necesaria y buena. Llegar a tal propósito, fue posible gracias a la realización de matrículas personalizadas en concordancia con los recursos económicos de las familias.
En el apartado de la higiene escolar, el autor resalta la importancia que tiene el control de las epidemias en la escuela, a causa de la desescolarización que se puede producir de algunos alumnos, y en algunos, puede afectar profundamente a dicha institución. Como medidas, establece la vigilancia en la salubridad del edificio, ayuda paterna a aquellos críos que permanezcan en cuarentena, un programa de educación física, etc.
A su vez, anima a potenciar la salud de los aprendices con el juego y la expresión de las emociones cuando están sanos; y a cuidarla cuando se está enfermo (no olvidar que la enfermedad es falta de salud). Éstos serán fundamentos que el niño aprenderá y transmitirá a otros niños, probando por sí mismos con el tiempo que se saca más utilidad de ser solidario y bueno, que de no serlo.
El profesorado en la Escuela Moderna sólo cumple una función; pues partiendo de que los niños aprenden por sí mismos en su ambiente y naturaleza, el maestro sólo debe ser una ayuda al alumno cuando ésta la requiera, pues se da el caso en el alumno puede no estar preparado para comprender un proceso y necesitar más tiempo para aprehenderlo, siendo esta comprensión la base sobre la que el maestro trabaje en la siguiente actividad o tarea.
Ferrer y Guardia, justifica esta pedagogía, afirmando (con un ejemplo) que si cada especie de perro, necesita una educación distinta, ¿Por qué no habría de ser igual en el ser humano?. Por esta razón natural, afirma que seguir y no interrumpir el curso natural de la vida en la educación, facilitará que la educación tenga menos fallos, que la naturaleza por su propia curso irá perfeccionando.
En la Escuela Moderna no existen ni el premio ni el castigo, porque la enseñanza racional sobre la que se basa es un método de defensa contra el error y la ignorancia. Dicho método no incluye castigos, premios o exámenes con sus correspondientes calificaciones; pues calificar a los alumnos supone hacer distinciones intelectuales que les pueden confundir y dar información falsa de sus cualidades; cuando precisamente el método de la escuela trata de liberarles de su vinculación a los patrones dogmáticos, que muchas veces sus padres pretenden que también les sean impuestos en la escuela −algo que no sucederá− y que probablemente los niños enseñarán a sus padres que influyendo positivamente en su conducta.
A su vez, los castigos de profesores en la escuela serán erradicados con la expulsión del maestro, ya que una de las bases de esta pedagogía es crear un entorno de convivencia, paz y alegría.
El laicismo pretende que los jóvenes, mediante un conocimiento natural de la vida y la sociedad, puedan con el tiempo procurarse a sí mismos una forma de vida que les haga les haga felices en sociedad. Una de las herramientas que se pusieron al servicio de los alumnos, fue la biblioteca, a través de la cual los alumnos disponen de textos y cuentos de apoyo. Estos cuentos hablan unos de mitología, otros de religión, enfocados en ofrecer el conocimiento desde un punto de vista de informativo y objetivo, y desde el punto de vista negativo que también han tenido en ocasiones a lo largo de la historia. Este material está diseñado para la educación de los alumnos, pero son válidos para personas de todas las edades y oficios, ya que el conocimiento ha de ser universal y comprensible para todo el mundo.
La escuela socialista en México
La escuela socialista en México
La escuela socialista, nace del principio humanista de la pedagogía clásica, donde todos los hombres pueden ser instruidos en forma integral y están en condiciones de todo lo valioso y hermoso que ha producido la humanidad.
Para algunos historiadores el proyecto de educación socialista significó el sostenimiento del poder para el grupo gobernante. Por otra parte, esta escuela estaba en busca de una transformación profunda de los sistemas clasistas y de las estructuras socioeconómicas del país. Se pronunció a favor de una educación basada en un socialismo científico, que preparase a las juventudes de la época para comprender las oscuras y tenebrosas direcciones que el capitalismo ofrecía; y la desarticulación de la lacra burguesa, parásita del progreso del país y del trabajo campesino; hacia una justicia social verdadera.
De este principio central, desprenden algunos otros: la uniformidad, pretendía la unificación del pensamiento; escuela popular, o educación de las clases trabajadoras, consistía en procurar que la escuela socialista estuviera dirigida hacía los integrantes de la comunidad nacional y no a una minoría privilegiada. Cientificidad, según la Confederación Mexicana de Maestros de 1933, la escuela socialista buscaba desfanatizar y desprejuiciar a las masas y preparar eficientemente a las generaciones futuras.
La escuela socialmente útil, principio que encuentra relación con la escuela vasconceliana, pero con rasgos ciertamente diferentes, puesto que el marco teórico de ésta quedó definida por la emancipación de las clases trabajadoras, y no por una educación espiritual y un desarrollo cultural, características definitorias del proyecto de Vasconcelos. Significaba que la educación proporcionada debía tener correspondencia con los contenidos educacionales y las necesidades y los intereses inmediatos del pueblo trabajador o proletariado. Se definía dentro de un principio funcional porque promovía una educación técnica y científica que permitiesen a los trabajadores incorporarse activamente en la producción, eliminando intermediarios y las clases e instituciones parasitarias.
Cabe y es preciso aclarar que el proyecto socialista de la educación tendía hacia una directriz de progreso y justicia social, extirpando la búsqueda de la riqueza material e individual por la mejora de la comuna a base de participación y solidaridad de sus integrantes.
Bases legales de la educación racionalista y socialista.
Por su parte, la escuela socialista, inspirada en el mejoramiento de la vida social, expresaba, al igual que la racionalista, la enseñanza exenta de cualquier doctrina religiosa, además, la escuela sería organizadora de sus enseñanzas y actividades de forma que permitiese crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y la vida social.
Tal concepto, racional y exacto, suscitó una serie de controversias entre los grupos de letrados y fracciones en las cámaras. Algunos detractores de la escuela socialista argumentaban que dicho concepto era el catalizador de otro dogma aparentemente basado en una concepción materialista del mundo, en la luchas de clases y en el predominio de la verdad científica.
El proyecto de la educación socialista planteaba una escuela basada en una enseñanza bajo el criterio marxista del materialismo dialéctico como un método general del conocimiento de los fenómenos.
El texto aprobado por las cámaras de diputados y senadores y las legislaturas de los estados, el 28 de noviembre de 1934, quedó legalizado de la siguiente manera:
Art. 3º. La educación que imparta el estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social...
Al igual que el modelo antecesor, la escuela socialista abogaba por la no participación de la iglesia en las actividades educativas, además, las concesiones a los particulares estarían regidas y limitadas por criterios explícitos en el artículo 3º. Donde el Estado tendría plena libertad de revocar dichas concesiones sin que los particulares tengan elementos jurídicos para su defensa.
Acciones Y Programas
La escuela socialista por su parte desecho los principios y fines educativos de Bassols, quien buscaba capacitar al campesino para integrarlo activamente a la actividad productiva a fin de aumentar la productividad del país. Y se interesó por la organización de obreros y campesinos, la necesidad de emprender reformas sociales para el beneficio de la mayoría, y la defensa de los intereses nacionales.
Consecuencias e impactos en la sociedad
La escuela socialista tubo un gran impacto el la sociedad, sobre todo en el sentido de lograr implantar en las conciencias del proletariado un labor encaminada a la mejora se su sociedad, dejando en segundo término la prosperidad individual. Se busco una conciencia que buscara romper con la distinción de clases, acabara con los parásitos del progreso nacional y la injurias de la iglesia.
La escuela socialista, nace del principio humanista de la pedagogía clásica, donde todos los hombres pueden ser instruidos en forma integral y están en condiciones de todo lo valioso y hermoso que ha producido la humanidad.
Para algunos historiadores el proyecto de educación socialista significó el sostenimiento del poder para el grupo gobernante. Por otra parte, esta escuela estaba en busca de una transformación profunda de los sistemas clasistas y de las estructuras socioeconómicas del país. Se pronunció a favor de una educación basada en un socialismo científico, que preparase a las juventudes de la época para comprender las oscuras y tenebrosas direcciones que el capitalismo ofrecía; y la desarticulación de la lacra burguesa, parásita del progreso del país y del trabajo campesino; hacia una justicia social verdadera.
De este principio central, desprenden algunos otros: la uniformidad, pretendía la unificación del pensamiento; escuela popular, o educación de las clases trabajadoras, consistía en procurar que la escuela socialista estuviera dirigida hacía los integrantes de la comunidad nacional y no a una minoría privilegiada. Cientificidad, según la Confederación Mexicana de Maestros de 1933, la escuela socialista buscaba desfanatizar y desprejuiciar a las masas y preparar eficientemente a las generaciones futuras.
La escuela socialmente útil, principio que encuentra relación con la escuela vasconceliana, pero con rasgos ciertamente diferentes, puesto que el marco teórico de ésta quedó definida por la emancipación de las clases trabajadoras, y no por una educación espiritual y un desarrollo cultural, características definitorias del proyecto de Vasconcelos. Significaba que la educación proporcionada debía tener correspondencia con los contenidos educacionales y las necesidades y los intereses inmediatos del pueblo trabajador o proletariado. Se definía dentro de un principio funcional porque promovía una educación técnica y científica que permitiesen a los trabajadores incorporarse activamente en la producción, eliminando intermediarios y las clases e instituciones parasitarias.
Cabe y es preciso aclarar que el proyecto socialista de la educación tendía hacia una directriz de progreso y justicia social, extirpando la búsqueda de la riqueza material e individual por la mejora de la comuna a base de participación y solidaridad de sus integrantes.
Bases legales de la educación racionalista y socialista.
Por su parte, la escuela socialista, inspirada en el mejoramiento de la vida social, expresaba, al igual que la racionalista, la enseñanza exenta de cualquier doctrina religiosa, además, la escuela sería organizadora de sus enseñanzas y actividades de forma que permitiese crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y la vida social.
Tal concepto, racional y exacto, suscitó una serie de controversias entre los grupos de letrados y fracciones en las cámaras. Algunos detractores de la escuela socialista argumentaban que dicho concepto era el catalizador de otro dogma aparentemente basado en una concepción materialista del mundo, en la luchas de clases y en el predominio de la verdad científica.
El proyecto de la educación socialista planteaba una escuela basada en una enseñanza bajo el criterio marxista del materialismo dialéctico como un método general del conocimiento de los fenómenos.
El texto aprobado por las cámaras de diputados y senadores y las legislaturas de los estados, el 28 de noviembre de 1934, quedó legalizado de la siguiente manera:
Art. 3º. La educación que imparta el estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social...
Al igual que el modelo antecesor, la escuela socialista abogaba por la no participación de la iglesia en las actividades educativas, además, las concesiones a los particulares estarían regidas y limitadas por criterios explícitos en el artículo 3º. Donde el Estado tendría plena libertad de revocar dichas concesiones sin que los particulares tengan elementos jurídicos para su defensa.
Acciones Y Programas
La escuela socialista por su parte desecho los principios y fines educativos de Bassols, quien buscaba capacitar al campesino para integrarlo activamente a la actividad productiva a fin de aumentar la productividad del país. Y se interesó por la organización de obreros y campesinos, la necesidad de emprender reformas sociales para el beneficio de la mayoría, y la defensa de los intereses nacionales.
Consecuencias e impactos en la sociedad
La escuela socialista tubo un gran impacto el la sociedad, sobre todo en el sentido de lograr implantar en las conciencias del proletariado un labor encaminada a la mejora se su sociedad, dejando en segundo término la prosperidad individual. Se busco una conciencia que buscara romper con la distinción de clases, acabara con los parásitos del progreso nacional y la injurias de la iglesia.
sábado, 21 de noviembre de 2009
La escuela racionalista en Mexico
La escuela racionalista en México.
El México nuevo, emanado de la revolución social de 1910 enfrentaba una crisis severa; en el seno de la política existía un desorden y descontrol ocasionados por las pugnas y enfrentamientos suscitados entre los distintos actores que deseaban la imposición de sus ideales y el control de la gobernancia del país; las industrias eran escasas, la mayoría extranjera; el campo rural no producía; la falta de caminos y vías férreas (15 mil kilómetros en ese entonces) ayudaban en muy poco al comercio; la educación se hallaba sumergida en el estancamiento, la población alfabetizada no era mayor al 20% y no había un plan específico que atacara de manera sustancial los problemas educativos del México pos revolucionario. Las discusiones en el congreso constituyente de 1916−1917, se situaban en el marco del concepto del laicismo que debía establecer el art. 3º Constitucional.
Estos litigios dirigidos hacia la participación de la iglesia católica, y la vieja y discutida contradicción de la libertad de enseñanza incluido en el proyecto de reforma presentado por Venustiano Carranza el 1 de diciembre de 1916, atrajeron las atenciones de los diputados que no centraron los debates en la construcción de un sistema educativo claro, que buscara contrarrestar la situación deplorable de la escuela mexicana.
Empero, una política más estable y un gobierno más firme en los años 20, permitieron que el sistema educativo mexicano realizara grandes esfuerzos para combatir los atrasos en materia de educación.
A medida que la sociedad se adelantaba en el camino de la civilización, las funciones de la iglesia y el gobierno se especializaban. De esta manera, la educación laica significó, al mismo tiempo, educación ajena a toda religión y exigencia de cientificidad, dando así, el término de educación racional que muchos congresistas y hombres letrados preferían.
El sello que se le confiere a la educación en la constitución de 1917, el cual estipula que debe ser libre y laica, queda libre de reformas hasta 1934, cuando la educación pública es definida como socialista. Este modelo educativo incorporado al SEM en el gobierno de Lázaro Cárdenas, subsistió pocos lustros, ya que en 1946, bajo el gobierno de Manuel Ávila Camacho y Jaime Torres Bodet en la Secretaría de Educación Pública proponen una nueva reforma constitucional que redefinió a la educación como democrática y nacional.
Principios y postulados de la escuela racionalista
La educación racionalista parte del principio de hacer que los niños y niñas que se confieren a esta escuela lleguen a ser personas instruidas, verídicas y justas; libres de todo prejuicio, para ello sustituirá el estudio dogmático por el razonamiento de las ciencias naturales. El racionalismo exagera el papel de la razón con detrimento de la experiencia. Esta escuela emplea el método deductivo para alcanzar la verdad y desconfía del conocimiento sensorial.
Si nos situamos en un marco histórico, el surgimiento de la escuela racionalista en México, se daba en el tenor de una creciente e incontenible lucha de clases, de una nueva concepción filosófica del mundo que resolvía las dudas del origen del hombre en el sentido monístico, genético y evolucionista, un rechazo contenido de los viejos dogmas religiosos y dualistas que orientaban los sistemas educativos. Esta escuela declara sus principios en el sentido de responder a las exigencias sociales de la época; demostrando que las religiones eran una farsa que promovía la explotación del hombre por el hombre, alejándolo de la solidaridad; y buscaba formar personas libres y fuertes, sin amos, ni salarios.
Admite la necesidad de investigar causas del desenvolvimiento humano, no tiene dioses ni acepta la existencia de vidas ultraterrena, rechaza el dualismo y fundamenta sus programas en el sistema filosófico del monismo energético.
Bases legales de la educación racionalista y socialista
La construcción de la educación posrevolucionaria, estuvo envuelta en una serie de controversias y disputas entre los grupos dominantes que pretendían establecer sus ideas y definir las orientaciones que debía tener la educación.
Los debates de la asamblea constituyente de 1916−1917, entre las fracciones carrancistas liderada por el diputado Félix Palavacini y el grupo ligado a Álvaro Obregón, dirigida por Francisco J. Mújica, entablaron sendas discusiones. La fracción carrancista, con la defensa de la idea de la libertad de enseñanza, pugnaba por la consecución de ese concepto emanado de la constitución de 1857. Por su parte, el grupo liderado por Mújica se contraponía y cerraba filas en torno a la incoherente idea de los carrancistas, como lo podemos distinguir en el siguiente texto que sintetiza la participación del líder radical en la 12ª. Sesión del congreso sobre el artículo 3º. Constitucional celebrado el día 13 de diciembre de 1916.
...si señores, si dejamos la libertad de enseñanza absoluta para que tome participación en ella el clero con sus ideas rancias y retrospectivas, no formaremos generaciones nuevas de hombres de intelectuales sensatos, sino que, recibirán de nosotros la herencia del fanatismo...
La fracción carrancista insiste, defiende y pugna por la inclusión explícita del concepto en el texto constitucional; como lo demuestra la participación de Truchuelo en la 15ª. Sesión ordinaria del 16 de diciembre de 1916.
...el estado, si tiene el imperioso deber de garantizar el ejercicio de la libertad de pensamiento, quitándolo toda traba y no es el caso de que ataque a ninguna religión con el principio de la libertad de enseñanza... todas las libertades tienen como límite la libertad de los demás...
Al concluir con las deliberaciones, y después de las votaciones el artículo 3º. Constitucional quedó de la siguiente manera:
Art. 3º. La enseñanza es libre, pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares.
Ninguna corporación religiosa. Ni ministro alguno de culto, podrán establecer o dirigir escuela de instrucción pública...
Destaca que el numen de la diatriba para formular el texto del art. 3º. Apuntaban al concepto de la libertad de enseñanza y laicidad. La escuela, inspirada en el primer concepto contribuía en la adquisición y fortalecimiento de la identidad nacional, además, estaba expuesta a las injurias del dogmatismo religioso.
Acciones Y Programas
Uno de los periodos más importantes y significativos de la escuela racionalista correspondió a la gestión del Lic. José Vasconcelos comprendido de 1929−1924. Sus ideas revolucionarias y transformadoras calaron hondo en el devenir de la nación, y con el respaldo y cooperación del presidente Álvaro Obregón, se emprendieron ambiciosas campañas de alfabetización, creación de escuelas, bibliotecas y talleres por el país.
Una de las campañas más importantes promovidas en este periodo fue la creación de la Secretaría De Educación Pública. A la par se emprendían cruzadas a favor de la alfabetización. La primera de ellas correspondió a la creación de un cuerpo de profesores honorarios de educación elemental, formado por hombres y mujeres con un mínimo de estudios de tercer grado de la primaria. El cuerpo de maestros honorarios tenía la obligación de dar por lo menos una clase a la semana de lectura y escritura a dos o mas personas. Estos maestros también fomentaban el aseo y la higiene, la buena alimentación, el vestir limpiamente, el ejercicio, etc.
Para la evaluación correspondiente y verificar los avances del programa, los maestros honorarios presentaban a sus alumnos con los inspectores oficiales. Si el profesor honorario hubiese presentado con éxito a 100 o más alumnos recibían de la Universidad Nacional de México un diploma que certificaba el hecho y le daba preferencia en la petición de empleo en sus instalaciones y dependencias.
Se creó el Instituto Etnográfico Indígena que tenía por objetivo la búsqueda de la identidad nacional entre los pueblos del país, fomentando las artes indígenas. Se instalaron escuelas rudimentarias en la capital y en los municipios, ubicados en plazas, jardines, barrios y tiendas de campaña. Dichas escuelas daría asistencia a todos aquellos que quisiesen aprender a leer y a escribir.
El ambicioso proyecto no se detuvo con la formación del cuerpo de maestros honorarios, se integró un ejército infantil por alumnos del cuarto, quinto y sexto grados de escuelas públicas y privadas. Se establecieron centros y escuelas con maestros asalariados y centros nocturnos de alfabetización.
En las áreas más pobres de la capital se crearon centros diurnos de cultura para tratar de menguar las precarias situaciones socioeconómicas y de salud de sus integrantes. En algunas escuelas, los alumnos y maestros formaron cooperativas para vender los productos que producía la escuela y llevar a cabo acciones y servicios a favor de la comunidad.
La desnutrición en los niños era factor que contribuía en los niños que pudiesen prestar debida atención a las clases y por tanto poco aprovechamiento de las enseñanzas. Por tal motivo se lanzo la iniciativa de ofrecer desayunos escolares a los alumnos más necesitados. En los inicios del programa el personal del departamento educativo donaba un porcentaje de su sueldo. Los fondos federales posteriormente destinados al programa permitió distribuir 20 000 desayunos; mismos que consistían en 300 gramos de café con leche y 80 gramos de pan. Se abrieron bibliotecas, solo el primer año de la gestión de Vasconcelos se echaron a andar 198 bibliotecas, divididas en 64 municipales, 80 obreras y 54 instaladas en escuelas, y se dotaron con 20 mil libros para todas. Hacia 1923 el número de bibliotecas subió a 671 con una dotación de 65 mil libros. Se crearon las bibliotecas especializadas como la Iberoamericana y la Biblioteca Cervantes, la primera de ellas dedicada a obras relativas a la cultura, historia y realidad latinoamericana, la segunda ofrecía obras relativas a la literatura.
Durante el gobierno de Plutarco Elías Calles se continuaron con algunos programas iniciados en cuatrienio anterior como las misiones culturales y la apertura de mas escuelas elementales y normales.
Las injurias clericales trastornó el avance de la escuela mexicana. La iglesia se valía de presiones y mentiras para que la gente no enviase a sus hijos a las escuelas públicas. Las situaciones vividas por muchos misioneros culturales fueron de pesadilla, se les quemaban sus casas, se les asaltaba por los caminos rurales, las escuelas eran destruidas por partidas de bandoleros. Muchos maestros fueron muertos por abrir las escuelas clandestinamente o simplemente por encontrarse en las comunidades donde existían conflictos. La cristiandad significó una barrera que detuvo el constante avance de la escuela en México. El fanatismo religioso apareció como el principal obstáculo que la educación debía sortear.
Para el gobierno de Calles, el progreso del país no podría darse sin antes no hubiese paz. Apelaba por una educación técnica, que enseñara a los campesinos a producir la tierra, que los obreros se adiestraran en las técnicas modernas de producción y que el país saliera del caos económico en que se encontraba desde la revolución. En fin, una educación que expresase los valores de la Revolución Mexicana. Para dar sentido a la ideas Callistas, se crearon redes de escuelas centrales agrícolas. Se le dio importancia a la incorporación en la vida productiva a los habitantes de las zonas marginadas.
Moisés Sáenz fue el principal promotor de las escuelas rurales. En estas escuelas, además de enseñar prácticas agrícolas como el cultivo de maíz, contribuyó a la expansión de las artes como la música y las danza. Una de las tareas principales de estas escuelas era enseñar a leer y escribir el castellano.
La importancia que se le dio a las escuelas rurales durante este periodo se refleja en el aumento del número de escuelas, alumnos y maestros a comparación con los que existían en 1922.
El México nuevo, emanado de la revolución social de 1910 enfrentaba una crisis severa; en el seno de la política existía un desorden y descontrol ocasionados por las pugnas y enfrentamientos suscitados entre los distintos actores que deseaban la imposición de sus ideales y el control de la gobernancia del país; las industrias eran escasas, la mayoría extranjera; el campo rural no producía; la falta de caminos y vías férreas (15 mil kilómetros en ese entonces) ayudaban en muy poco al comercio; la educación se hallaba sumergida en el estancamiento, la población alfabetizada no era mayor al 20% y no había un plan específico que atacara de manera sustancial los problemas educativos del México pos revolucionario. Las discusiones en el congreso constituyente de 1916−1917, se situaban en el marco del concepto del laicismo que debía establecer el art. 3º Constitucional.
Estos litigios dirigidos hacia la participación de la iglesia católica, y la vieja y discutida contradicción de la libertad de enseñanza incluido en el proyecto de reforma presentado por Venustiano Carranza el 1 de diciembre de 1916, atrajeron las atenciones de los diputados que no centraron los debates en la construcción de un sistema educativo claro, que buscara contrarrestar la situación deplorable de la escuela mexicana.
Empero, una política más estable y un gobierno más firme en los años 20, permitieron que el sistema educativo mexicano realizara grandes esfuerzos para combatir los atrasos en materia de educación.
A medida que la sociedad se adelantaba en el camino de la civilización, las funciones de la iglesia y el gobierno se especializaban. De esta manera, la educación laica significó, al mismo tiempo, educación ajena a toda religión y exigencia de cientificidad, dando así, el término de educación racional que muchos congresistas y hombres letrados preferían.
El sello que se le confiere a la educación en la constitución de 1917, el cual estipula que debe ser libre y laica, queda libre de reformas hasta 1934, cuando la educación pública es definida como socialista. Este modelo educativo incorporado al SEM en el gobierno de Lázaro Cárdenas, subsistió pocos lustros, ya que en 1946, bajo el gobierno de Manuel Ávila Camacho y Jaime Torres Bodet en la Secretaría de Educación Pública proponen una nueva reforma constitucional que redefinió a la educación como democrática y nacional.
Principios y postulados de la escuela racionalista
La educación racionalista parte del principio de hacer que los niños y niñas que se confieren a esta escuela lleguen a ser personas instruidas, verídicas y justas; libres de todo prejuicio, para ello sustituirá el estudio dogmático por el razonamiento de las ciencias naturales. El racionalismo exagera el papel de la razón con detrimento de la experiencia. Esta escuela emplea el método deductivo para alcanzar la verdad y desconfía del conocimiento sensorial.
Si nos situamos en un marco histórico, el surgimiento de la escuela racionalista en México, se daba en el tenor de una creciente e incontenible lucha de clases, de una nueva concepción filosófica del mundo que resolvía las dudas del origen del hombre en el sentido monístico, genético y evolucionista, un rechazo contenido de los viejos dogmas religiosos y dualistas que orientaban los sistemas educativos. Esta escuela declara sus principios en el sentido de responder a las exigencias sociales de la época; demostrando que las religiones eran una farsa que promovía la explotación del hombre por el hombre, alejándolo de la solidaridad; y buscaba formar personas libres y fuertes, sin amos, ni salarios.
Admite la necesidad de investigar causas del desenvolvimiento humano, no tiene dioses ni acepta la existencia de vidas ultraterrena, rechaza el dualismo y fundamenta sus programas en el sistema filosófico del monismo energético.
Bases legales de la educación racionalista y socialista
La construcción de la educación posrevolucionaria, estuvo envuelta en una serie de controversias y disputas entre los grupos dominantes que pretendían establecer sus ideas y definir las orientaciones que debía tener la educación.
Los debates de la asamblea constituyente de 1916−1917, entre las fracciones carrancistas liderada por el diputado Félix Palavacini y el grupo ligado a Álvaro Obregón, dirigida por Francisco J. Mújica, entablaron sendas discusiones. La fracción carrancista, con la defensa de la idea de la libertad de enseñanza, pugnaba por la consecución de ese concepto emanado de la constitución de 1857. Por su parte, el grupo liderado por Mújica se contraponía y cerraba filas en torno a la incoherente idea de los carrancistas, como lo podemos distinguir en el siguiente texto que sintetiza la participación del líder radical en la 12ª. Sesión del congreso sobre el artículo 3º. Constitucional celebrado el día 13 de diciembre de 1916.
...si señores, si dejamos la libertad de enseñanza absoluta para que tome participación en ella el clero con sus ideas rancias y retrospectivas, no formaremos generaciones nuevas de hombres de intelectuales sensatos, sino que, recibirán de nosotros la herencia del fanatismo...
La fracción carrancista insiste, defiende y pugna por la inclusión explícita del concepto en el texto constitucional; como lo demuestra la participación de Truchuelo en la 15ª. Sesión ordinaria del 16 de diciembre de 1916.
...el estado, si tiene el imperioso deber de garantizar el ejercicio de la libertad de pensamiento, quitándolo toda traba y no es el caso de que ataque a ninguna religión con el principio de la libertad de enseñanza... todas las libertades tienen como límite la libertad de los demás...
Al concluir con las deliberaciones, y después de las votaciones el artículo 3º. Constitucional quedó de la siguiente manera:
Art. 3º. La enseñanza es libre, pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares.
Ninguna corporación religiosa. Ni ministro alguno de culto, podrán establecer o dirigir escuela de instrucción pública...
Destaca que el numen de la diatriba para formular el texto del art. 3º. Apuntaban al concepto de la libertad de enseñanza y laicidad. La escuela, inspirada en el primer concepto contribuía en la adquisición y fortalecimiento de la identidad nacional, además, estaba expuesta a las injurias del dogmatismo religioso.
Acciones Y Programas
Uno de los periodos más importantes y significativos de la escuela racionalista correspondió a la gestión del Lic. José Vasconcelos comprendido de 1929−1924. Sus ideas revolucionarias y transformadoras calaron hondo en el devenir de la nación, y con el respaldo y cooperación del presidente Álvaro Obregón, se emprendieron ambiciosas campañas de alfabetización, creación de escuelas, bibliotecas y talleres por el país.
Una de las campañas más importantes promovidas en este periodo fue la creación de la Secretaría De Educación Pública. A la par se emprendían cruzadas a favor de la alfabetización. La primera de ellas correspondió a la creación de un cuerpo de profesores honorarios de educación elemental, formado por hombres y mujeres con un mínimo de estudios de tercer grado de la primaria. El cuerpo de maestros honorarios tenía la obligación de dar por lo menos una clase a la semana de lectura y escritura a dos o mas personas. Estos maestros también fomentaban el aseo y la higiene, la buena alimentación, el vestir limpiamente, el ejercicio, etc.
Para la evaluación correspondiente y verificar los avances del programa, los maestros honorarios presentaban a sus alumnos con los inspectores oficiales. Si el profesor honorario hubiese presentado con éxito a 100 o más alumnos recibían de la Universidad Nacional de México un diploma que certificaba el hecho y le daba preferencia en la petición de empleo en sus instalaciones y dependencias.
Se creó el Instituto Etnográfico Indígena que tenía por objetivo la búsqueda de la identidad nacional entre los pueblos del país, fomentando las artes indígenas. Se instalaron escuelas rudimentarias en la capital y en los municipios, ubicados en plazas, jardines, barrios y tiendas de campaña. Dichas escuelas daría asistencia a todos aquellos que quisiesen aprender a leer y a escribir.
El ambicioso proyecto no se detuvo con la formación del cuerpo de maestros honorarios, se integró un ejército infantil por alumnos del cuarto, quinto y sexto grados de escuelas públicas y privadas. Se establecieron centros y escuelas con maestros asalariados y centros nocturnos de alfabetización.
En las áreas más pobres de la capital se crearon centros diurnos de cultura para tratar de menguar las precarias situaciones socioeconómicas y de salud de sus integrantes. En algunas escuelas, los alumnos y maestros formaron cooperativas para vender los productos que producía la escuela y llevar a cabo acciones y servicios a favor de la comunidad.
La desnutrición en los niños era factor que contribuía en los niños que pudiesen prestar debida atención a las clases y por tanto poco aprovechamiento de las enseñanzas. Por tal motivo se lanzo la iniciativa de ofrecer desayunos escolares a los alumnos más necesitados. En los inicios del programa el personal del departamento educativo donaba un porcentaje de su sueldo. Los fondos federales posteriormente destinados al programa permitió distribuir 20 000 desayunos; mismos que consistían en 300 gramos de café con leche y 80 gramos de pan. Se abrieron bibliotecas, solo el primer año de la gestión de Vasconcelos se echaron a andar 198 bibliotecas, divididas en 64 municipales, 80 obreras y 54 instaladas en escuelas, y se dotaron con 20 mil libros para todas. Hacia 1923 el número de bibliotecas subió a 671 con una dotación de 65 mil libros. Se crearon las bibliotecas especializadas como la Iberoamericana y la Biblioteca Cervantes, la primera de ellas dedicada a obras relativas a la cultura, historia y realidad latinoamericana, la segunda ofrecía obras relativas a la literatura.
Durante el gobierno de Plutarco Elías Calles se continuaron con algunos programas iniciados en cuatrienio anterior como las misiones culturales y la apertura de mas escuelas elementales y normales.
Las injurias clericales trastornó el avance de la escuela mexicana. La iglesia se valía de presiones y mentiras para que la gente no enviase a sus hijos a las escuelas públicas. Las situaciones vividas por muchos misioneros culturales fueron de pesadilla, se les quemaban sus casas, se les asaltaba por los caminos rurales, las escuelas eran destruidas por partidas de bandoleros. Muchos maestros fueron muertos por abrir las escuelas clandestinamente o simplemente por encontrarse en las comunidades donde existían conflictos. La cristiandad significó una barrera que detuvo el constante avance de la escuela en México. El fanatismo religioso apareció como el principal obstáculo que la educación debía sortear.
Para el gobierno de Calles, el progreso del país no podría darse sin antes no hubiese paz. Apelaba por una educación técnica, que enseñara a los campesinos a producir la tierra, que los obreros se adiestraran en las técnicas modernas de producción y que el país saliera del caos económico en que se encontraba desde la revolución. En fin, una educación que expresase los valores de la Revolución Mexicana. Para dar sentido a la ideas Callistas, se crearon redes de escuelas centrales agrícolas. Se le dio importancia a la incorporación en la vida productiva a los habitantes de las zonas marginadas.
Moisés Sáenz fue el principal promotor de las escuelas rurales. En estas escuelas, además de enseñar prácticas agrícolas como el cultivo de maíz, contribuyó a la expansión de las artes como la música y las danza. Una de las tareas principales de estas escuelas era enseñar a leer y escribir el castellano.
La importancia que se le dio a las escuelas rurales durante este periodo se refleja en el aumento del número de escuelas, alumnos y maestros a comparación con los que existían en 1922.
sábado, 26 de septiembre de 2009
REFORMAS AL ARTICULO TERCERO...
Entrando en materia preguntemos: ¿Qué quiere decir Laico?
El término “laico” tiene dos sentidos. El primero indica un Estado que no privilegia ninguna religión o concepción de vida, que confiere derechos y establece la igualdad para todos los ciudadanos, independientemente de sus convicciones filosóficas.
El segundo sentido indica a las personas o grupos para los que la libertad de juicio, incluso en lo relativo a la religión y la tolerancia, constituye fines fundamentales. Hablamos, desde luego, de objetivos o de valores no confesionales.
La laicización de la sociedad procura que la vida pública sea independiente de ordenanzas religiosas. A este respecto, convendría destacar algunos procesos de laicización: tales como el derecho al divorcio, a la creación de escuelas y de hospitales públicos y la abolición de condenas que afectaban a los no creyentes, etc.
El laicismo no es antirreligioso; por el contrario, constituye el único medio para garantizar a cada uno el respeto real a sus convicciones religiosas o filosóficas.
Definamos este término:
¿Qué es, en una primera mirada, el laicismo? Antes que nada un concepto político. Un Estado “laico”, en el sentido más amplio del término, que no privilegia ninguna religión ni concepción ideal de vida, garantizando la libre expresión de todos, dentro de ciertos límites.
La función laica del Estado, en su prístino sentido tiene como fundamento una visión según la cual, en lo que concierne a pautas de vida, la coerción política es radicalmente ilegítima, proclamando de este modo la autonomía de la conciencia.
Algunos definen el laicismo como el “derecho que tiene el hombre a desarrollar sus facultades libre de toda influencia clerical”. Para otros, “es toda actividad humana exenta de influencia religiosa”. Se entiende también al laicismo como la doctrina que defiende la independencia de la conciencia del hombre, para emanciparlo de la imposición de criterios filosóficos, religiosos y políticos de carácter absoluto. Igualmente, se le define como el tolerante respeto por el pensamiento y la conducta individual, admitiendo, en consecuencia, la diversidad dentro de la libertad. Pero en nuestro concepto, sería una definición más completa: “Laicismo es una aspiración hacia lo verdadero, lo bello, el bien, la tendencia a adherirse a una perfección siempre más grande en el dominio de cada individuo, en la pequeña esfera de su vida, en su conducta con respecto a los seres, las cosas y las ideas”.
Etimológicamente, el término deriva de la voz griega “Laos”, que significa pueblo, de donde se deduce que el laico es aquel que no desempeña cargo eclesiástico, es decir, es el hombre del pueblo, por eso la iglesia católica usa el término laico para indicar a los que tienen la simple categoría de prosélitos o fieles.
Puede entenderse además, el concepto de laicismo como el derecho del hombre para desarrollar sus facultades libre de influencia clerical, lo que es una abierta censura al “clericalismo”, entendido como la incidencia determinante del clero en los asuntos de gobierno, la acción política y la educación.
Para el laicismo, el principio de laicidad, significa que las reglas religiosas no tienen ningún valor civil y que el brazo secular no interviene para asegurar su cumplimiento.
Una iglesia es una agrupación de personas que está regida por leyes y la iglesia católica ha reunido las suyas en un código.
Pero, el principio de laicidad tiene otro sentido más profundo, especialmente desarrollado en Europa a principios del siglo XX, y que significa que es necesario eliminar toda influencia de la religión en la creación del derecho. Una iglesia representa una fuerza social poderosa, por el número de fieles, la solidez de la agrupación, la autoridad de los jefes, la firmeza de la doctrina, la facilidad de la propaganda.
En consecuencia, basta que la regla de moral religiosa pueda revestir la forma jurídica para que la fuerza de la creencia religiosa se imponga a todos.
Esta ideología laica se denomina “anticlericalismo”. Pero la expresión disimula su sentido. No se trata solamente de resistir al poder de los clérigos, sino de destruir en los espíritus el sentimiento religioso o por lo menos reducirlo a una creencia personal sin fuerza social.
El anticlericalismo tiene una segunda etapa, que se revela tras el raspado, pero llevado todavía más lejos, la destrucción de la iglesia aparece como el objetivo más hondo, y ella misma conduce al objetivo supremo: la destrucción de la idea.
En nuestro país, en verdad el laicismo es una de esas nociones que, sometida a varios rasguños, hacen aparecer sentidos progresivos; así, la laicidad, no es una concepción, sino un hecho, una situación dada, correspondiendo a un estado de espíritu, el laicismo.
SENTIR DEMOCRATICO Y TOLERANTE
En un primer sentido, la idea laica se presenta como sinónimo de neutralidad tolerante, hasta benévola en materia religiosa, y es, por tanto, un sentir en que la democracia y la tolerancia adquieren su máxima expresión, no condena ninguna idea o sentimiento religioso y combate con fuerza al intolerante que intenta imponer su idea perturbando la libertad de conciencia de los demás.
Para lo que así creían, la pérdida de Roma y del poder temporal de los Papas, significaba también el canto de agonía para la religión misma. Para todos, el mito del Progreso aparecía como gran Certidumbre: la Ciencia destruiría la impostura.
Algunos, llegaron a rechazar la fe en lo sobrenatural y a negar la divinidad de Cristo y veían a la religión como una transición, destinada a preparar el camino de la futura religión del Progreso, a la cual le esperaba un maravilloso porvenir, en el que el hombre sería liberado por fin de sus cadenas, creencia de una pureza de intención igual a su ceguera crítica.
El laico no es un creyente ni un antirreligioso. La religiosidad es un sentir humano y debe ser respetada. Gran parte de los seres sienten la religiosidad; otros han llegado a la conclusión que Dios no existe, las dificultades comienzan cuando las organizaciones religiosas se arrogan la verdad y aparecen los fanáticos que cegados por el dogma combaten con dureza a todos los que se oponen a sus designios infalibles.
Si entre los preceptos de nuestra Constitución hay alguno que implique desconocimiento de los derechos de los católicos para la profesión de sus ideas y práctica de sus principios, hay que cambiarlo.
Una razón de orden general, y apuntada, lo impone así: que no puede ser el católico de peor condición que el mahometano, que el budista, que el protestante. A todos, por igual, hay que reconocerles el derecho a la libre profesión de sus creencias, y opiniones en materia religiosa.
En su fundamento, laicismo es sentir democrático y tolerante, pues no combate ninguna idea o sentimiento religioso, los respeta y los deja al dominio exclusivo de las conciencias; pero si, señala el peligro que significa la intolerancia religiosa, combatiéndola, porque ésta, muchas veces, en situación privilegiada, especula con las conciencias timoratas y crea un estado dentro de otro estado.
Concluyo que el laicismo involucra la idea de libre examen, el derecho que tiene el hombre de conocer, analizar y sacar conclusiones según sus propias facultades. Es la rebelión de la razón ante imposición del dogma.
Porque el dogma se ha valido de la ignorancia para precipitar a la humanidad en el abismo de lo sobrenatural, conduciéndola y subordinándola a sus propios intereses.
CONTENDO ETICO
Mis muy queridas amigas y amigos:
Quiero expresar mis sentimientos sobre este tan importante contenido ético.
Pienso, siento, exalto el valor del laicismo, que es consustancial a la liberad de espíritu. Propugno el libre examen, el derecho que tiene todo ser de conocer, analizar y sacar conclusiones según sus propias facultades, lo que es la rebelión de la razón ante la imposición del dogma.
Siento que el ideal de libertad es laico, porque le da a cada uno la posibilidad de seguir y profesar las ideas que su propia razón le dicta.
Que el ideal de igualdad es laico, porque la razón rechaza toda clasificación de los hombres en categorías que no sean las de la inteligencia, la de la capacidad de trabajo, la del valor moral, categorías establecidas por la razón.
Vivo el ideal de Fraternidad que es laico, porque significa la aceptación de la libertad ajena y de la igualdad de los demás respecto de uno mismo.
Vivo el ideal laico que es espíritu de progreso, de curiosidad que va siempre a la vanguardia, porque él no es retenido por traba alguna, no existe un objeto tabú, ni una ignorancia digna de veneración; todo es materia de estudio, de búsqueda, de profundización. El ideal laico permite a los hombres sondear cada vez más profundo en lo desconocido y hacer descubrimientos útiles a la Ciencia y a la Humanidad.
El laicismo me fija el deber de combatir la bajeza, la vulgaridad y de dispensar a todos, sin exceptuar a los desheredados, las emociones estéticas más delicadas y puras. Y me exige levantar al pueblo hacia el arte y no el arte bajado hasta el pueblo.
El laicismo me ofrece mi desarrollo cultural, psíquico y moral, basado en la libertad de pensamiento y me plantea como hombre del ideal, para mi salud espiritual, el deber de practicar el arte real, el trabajo de pensar con el propósito de buscar la verdad rechazando la fácil formula de aceptar verdades ajenas, porque pueden ser dogmas que harían de mí, ser esclavo del ser de otros hombres, desperdiciando así la opción que me ofrece la vida para mi realización.
Expreso, con fervor interior, que soy laico y que venero los principios de libertad, igualdad y fraternidad y todos aquellos que hacen al hombre mis hermanos y me permite caminar junto a ellos el camino de la libertad del espíritu, conjugando el libre examen como derecho inalienable del hombre.
El término “laico” tiene dos sentidos. El primero indica un Estado que no privilegia ninguna religión o concepción de vida, que confiere derechos y establece la igualdad para todos los ciudadanos, independientemente de sus convicciones filosóficas.
El segundo sentido indica a las personas o grupos para los que la libertad de juicio, incluso en lo relativo a la religión y la tolerancia, constituye fines fundamentales. Hablamos, desde luego, de objetivos o de valores no confesionales.
La laicización de la sociedad procura que la vida pública sea independiente de ordenanzas religiosas. A este respecto, convendría destacar algunos procesos de laicización: tales como el derecho al divorcio, a la creación de escuelas y de hospitales públicos y la abolición de condenas que afectaban a los no creyentes, etc.
El laicismo no es antirreligioso; por el contrario, constituye el único medio para garantizar a cada uno el respeto real a sus convicciones religiosas o filosóficas.
Definamos este término:
¿Qué es, en una primera mirada, el laicismo? Antes que nada un concepto político. Un Estado “laico”, en el sentido más amplio del término, que no privilegia ninguna religión ni concepción ideal de vida, garantizando la libre expresión de todos, dentro de ciertos límites.
La función laica del Estado, en su prístino sentido tiene como fundamento una visión según la cual, en lo que concierne a pautas de vida, la coerción política es radicalmente ilegítima, proclamando de este modo la autonomía de la conciencia.
Algunos definen el laicismo como el “derecho que tiene el hombre a desarrollar sus facultades libre de toda influencia clerical”. Para otros, “es toda actividad humana exenta de influencia religiosa”. Se entiende también al laicismo como la doctrina que defiende la independencia de la conciencia del hombre, para emanciparlo de la imposición de criterios filosóficos, religiosos y políticos de carácter absoluto. Igualmente, se le define como el tolerante respeto por el pensamiento y la conducta individual, admitiendo, en consecuencia, la diversidad dentro de la libertad. Pero en nuestro concepto, sería una definición más completa: “Laicismo es una aspiración hacia lo verdadero, lo bello, el bien, la tendencia a adherirse a una perfección siempre más grande en el dominio de cada individuo, en la pequeña esfera de su vida, en su conducta con respecto a los seres, las cosas y las ideas”.
Etimológicamente, el término deriva de la voz griega “Laos”, que significa pueblo, de donde se deduce que el laico es aquel que no desempeña cargo eclesiástico, es decir, es el hombre del pueblo, por eso la iglesia católica usa el término laico para indicar a los que tienen la simple categoría de prosélitos o fieles.
Puede entenderse además, el concepto de laicismo como el derecho del hombre para desarrollar sus facultades libre de influencia clerical, lo que es una abierta censura al “clericalismo”, entendido como la incidencia determinante del clero en los asuntos de gobierno, la acción política y la educación.
Para el laicismo, el principio de laicidad, significa que las reglas religiosas no tienen ningún valor civil y que el brazo secular no interviene para asegurar su cumplimiento.
Una iglesia es una agrupación de personas que está regida por leyes y la iglesia católica ha reunido las suyas en un código.
Pero, el principio de laicidad tiene otro sentido más profundo, especialmente desarrollado en Europa a principios del siglo XX, y que significa que es necesario eliminar toda influencia de la religión en la creación del derecho. Una iglesia representa una fuerza social poderosa, por el número de fieles, la solidez de la agrupación, la autoridad de los jefes, la firmeza de la doctrina, la facilidad de la propaganda.
En consecuencia, basta que la regla de moral religiosa pueda revestir la forma jurídica para que la fuerza de la creencia religiosa se imponga a todos.
Esta ideología laica se denomina “anticlericalismo”. Pero la expresión disimula su sentido. No se trata solamente de resistir al poder de los clérigos, sino de destruir en los espíritus el sentimiento religioso o por lo menos reducirlo a una creencia personal sin fuerza social.
El anticlericalismo tiene una segunda etapa, que se revela tras el raspado, pero llevado todavía más lejos, la destrucción de la iglesia aparece como el objetivo más hondo, y ella misma conduce al objetivo supremo: la destrucción de la idea.
En nuestro país, en verdad el laicismo es una de esas nociones que, sometida a varios rasguños, hacen aparecer sentidos progresivos; así, la laicidad, no es una concepción, sino un hecho, una situación dada, correspondiendo a un estado de espíritu, el laicismo.
SENTIR DEMOCRATICO Y TOLERANTE
En un primer sentido, la idea laica se presenta como sinónimo de neutralidad tolerante, hasta benévola en materia religiosa, y es, por tanto, un sentir en que la democracia y la tolerancia adquieren su máxima expresión, no condena ninguna idea o sentimiento religioso y combate con fuerza al intolerante que intenta imponer su idea perturbando la libertad de conciencia de los demás.
Para lo que así creían, la pérdida de Roma y del poder temporal de los Papas, significaba también el canto de agonía para la religión misma. Para todos, el mito del Progreso aparecía como gran Certidumbre: la Ciencia destruiría la impostura.
Algunos, llegaron a rechazar la fe en lo sobrenatural y a negar la divinidad de Cristo y veían a la religión como una transición, destinada a preparar el camino de la futura religión del Progreso, a la cual le esperaba un maravilloso porvenir, en el que el hombre sería liberado por fin de sus cadenas, creencia de una pureza de intención igual a su ceguera crítica.
El laico no es un creyente ni un antirreligioso. La religiosidad es un sentir humano y debe ser respetada. Gran parte de los seres sienten la religiosidad; otros han llegado a la conclusión que Dios no existe, las dificultades comienzan cuando las organizaciones religiosas se arrogan la verdad y aparecen los fanáticos que cegados por el dogma combaten con dureza a todos los que se oponen a sus designios infalibles.
Si entre los preceptos de nuestra Constitución hay alguno que implique desconocimiento de los derechos de los católicos para la profesión de sus ideas y práctica de sus principios, hay que cambiarlo.
Una razón de orden general, y apuntada, lo impone así: que no puede ser el católico de peor condición que el mahometano, que el budista, que el protestante. A todos, por igual, hay que reconocerles el derecho a la libre profesión de sus creencias, y opiniones en materia religiosa.
En su fundamento, laicismo es sentir democrático y tolerante, pues no combate ninguna idea o sentimiento religioso, los respeta y los deja al dominio exclusivo de las conciencias; pero si, señala el peligro que significa la intolerancia religiosa, combatiéndola, porque ésta, muchas veces, en situación privilegiada, especula con las conciencias timoratas y crea un estado dentro de otro estado.
Concluyo que el laicismo involucra la idea de libre examen, el derecho que tiene el hombre de conocer, analizar y sacar conclusiones según sus propias facultades. Es la rebelión de la razón ante imposición del dogma.
Porque el dogma se ha valido de la ignorancia para precipitar a la humanidad en el abismo de lo sobrenatural, conduciéndola y subordinándola a sus propios intereses.
CONTENDO ETICO
Mis muy queridas amigas y amigos:
Quiero expresar mis sentimientos sobre este tan importante contenido ético.
Pienso, siento, exalto el valor del laicismo, que es consustancial a la liberad de espíritu. Propugno el libre examen, el derecho que tiene todo ser de conocer, analizar y sacar conclusiones según sus propias facultades, lo que es la rebelión de la razón ante la imposición del dogma.
Siento que el ideal de libertad es laico, porque le da a cada uno la posibilidad de seguir y profesar las ideas que su propia razón le dicta.
Que el ideal de igualdad es laico, porque la razón rechaza toda clasificación de los hombres en categorías que no sean las de la inteligencia, la de la capacidad de trabajo, la del valor moral, categorías establecidas por la razón.
Vivo el ideal de Fraternidad que es laico, porque significa la aceptación de la libertad ajena y de la igualdad de los demás respecto de uno mismo.
Vivo el ideal laico que es espíritu de progreso, de curiosidad que va siempre a la vanguardia, porque él no es retenido por traba alguna, no existe un objeto tabú, ni una ignorancia digna de veneración; todo es materia de estudio, de búsqueda, de profundización. El ideal laico permite a los hombres sondear cada vez más profundo en lo desconocido y hacer descubrimientos útiles a la Ciencia y a la Humanidad.
El laicismo me fija el deber de combatir la bajeza, la vulgaridad y de dispensar a todos, sin exceptuar a los desheredados, las emociones estéticas más delicadas y puras. Y me exige levantar al pueblo hacia el arte y no el arte bajado hasta el pueblo.
El laicismo me ofrece mi desarrollo cultural, psíquico y moral, basado en la libertad de pensamiento y me plantea como hombre del ideal, para mi salud espiritual, el deber de practicar el arte real, el trabajo de pensar con el propósito de buscar la verdad rechazando la fácil formula de aceptar verdades ajenas, porque pueden ser dogmas que harían de mí, ser esclavo del ser de otros hombres, desperdiciando así la opción que me ofrece la vida para mi realización.
Expreso, con fervor interior, que soy laico y que venero los principios de libertad, igualdad y fraternidad y todos aquellos que hacen al hombre mis hermanos y me permite caminar junto a ellos el camino de la libertad del espíritu, conjugando el libre examen como derecho inalienable del hombre.
REFORMAS AL ARTICULO TERCERO...
Fecha de Publicación: 5 de Febrero de 1917
Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos.
"Art. 3. La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares. Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial.
En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria."
PRIMERA REFORMA
Fecha de Publicación: 12 de Diciembre de 1934.
Presidente en Turno: Lázaro Cárdenas
"Artículo 3o. "La educación será socialista Y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
Soló el Estado – Federación, Estados, Municipios- impartirá educación primaria, secundaria y normal. Podrán concederse autorizaciones a los particulares que deseen impartir educación en cualquiera de los tres grados anteriores, de acuerdo en todo caso con las siguientes normas:
I.- Las actividades y enseñanzas de los planteles particulares deberán ajustarse, sin excepción alguna, a lo preceptuado en el párrafo inicial de este artículo, y estarán a cargo de personas que en concepto de Estado tengan suficiente preparación profesional, conveniente moralidad e ideología acorde con este precepto. En tal virtud, las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que exclusiva o preferentemente realicen actividades educativas, y las asociaciones ligadas directa o indirectamente con la propaganda de un credo religioso, no intervendrán en forma alguna en escuelas primarias, secundarias o normales, ni podrán apoyarlas económicamente.
II.- La formación de planes, programas y métodos de enseñanza corresponderá en todo caso al Estado.
III.- No podrán funcionar los planes particulares sin haber obtenido plenamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público.
IV.- El Estado podrá revocar, en cualquier tiempo, las autorizaciones concedidas. Contra la revocación no procederá recurso o juicio alguno.
Estas mismas normas regirán la educación de cualquier tipo o grado que imparta a obreros o campesinos.
La educación primaria será obligatoria y el Estado la impartirá gratuitamente.
El Estado podrá retirar discrecionalmente en cualquier tiempo, el reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planes particulares.
El Congreso de la Unión con el fin de unificar y coordinar la educación de toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a este servicio público y señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo a todos aquellos que las infrinjan".
SEGUNDA REFORMA
Fecha de Publicación: 30 de Diciembre de 1946.
Presidente en Turno: Manuel Ávila Camacho
"Artículo 3o.. La educación que imparta el Estado -Federación, Estados, Municipios- tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia;
I.- Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, el criterio que orientará a dicha educación se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Además:
"a) Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo;
"b) Será nacional, en cuanto - sin hostilidades ni exclusivismos - atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura, y
"c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte, a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de sectas, de grupo, de sexo o de individuos.
"II. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y grados. Pero por lo que concierne a la educación primaria, secundaria y normal (y a la de cualquier tipo o grado, destinada a obreros y a campesinos) deberán obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público. Dicha autorización podrá ser negada o revocada, sin que contra tales resoluciones proceda juicio o recurso alguno;
"III. Los planteles particulares dedicados a la educación en los tipos y grados que especifica la fracción anterior deberán ajustarse, sin excepción, a lo dispuesto en los párrafos I y II del presente artículo y, además, deberán cumplir los planes y los programas oficiales.
"IV. Las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente, realicen actividades educativas y las asociaciones o sociedades ligadas con la propaganda de cualquier credo religioso no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal y la destinada a obreros o a campesinos;
"V. El Estado podrá retirar discrecionalmente, en cualquier tiempo, el reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planteles particulares;
"VI. La educación primaria será obligatoria;
"VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita, y
"VIII. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan".
TERCERA REFORMA
Fecha de Publicación: 9 de Junio de 1980
Presidente en turno: José López Portillo,
Artículo 3o.- ...
I a VII.- ...
"VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita, y
VIII.- Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la Ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el Apartado A del Artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere.
IX.- El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan.
CUARTA REFORMA
Fecha de Publicación: 28 de Enero de 1992.
Presidente en Turno: Carlos Salinas de Gortari
"ARTICULO 3o.
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los anatismos y los prejuicios. Además:
a)
b)
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos;
III. Los particulares podrán impartir educación
IV. Los planteles particulares dedicados a la educación en los tipos y grados que especifica la fracción anterior, deberán impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que establecen el primer párrafo y la fracción II del presente artículo; además cumplirán los planes y programas oficiales y se ajustarán a lo dispuesto en la fracción anterior;
V a IX… "VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita, y
QUINTA REFORMA
Fecha de Publicación: 5 de Marzo de 1993.
Presidente en Turno: Carlos Salinas de Gortari.
"Artículo 3o.- Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, Estados y Municipios impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación primaria y la secundaria son obligatorias.
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Además:
a) Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo;
b) Será nacional, en cuanto -sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura, y
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos;
III. Para dar pleno cumplimiento a lo dispuesto en el segundo párrafo y en la fracción II, el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio de la educación primaria, secundaria y normal para toda la República. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de los diversos sectores sociales involucrados en la educación, en los términos que la ley señale;
IV. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita;
V. Además de impartir la educación preescolar, primaria y secundaria, señaladas en el primer párrafo, el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos -incluyendo la educación superior- necesarios para el desarrollo de la Nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura;
VI. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y modalidades. En los términos que establezca la ley, el Estado otorgará y retirará el reconocimiento de validez oficial a los estudios que se realicen en planteles particulares. En el caso de la educación primaria, secundaria y normal, los particulares deberán:
a) Impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que establecen el segundo párrafo y la fracción II, así como cumplir los planes y programas a que se refiere la fracción III, y
b) Obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público, en los términos que establezca la ley;
VII. Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere, y
VIII. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan".
Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos.
"Art. 3. La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares. Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial.
En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria."
PRIMERA REFORMA
Fecha de Publicación: 12 de Diciembre de 1934.
Presidente en Turno: Lázaro Cárdenas
"Artículo 3o. "La educación será socialista Y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
Soló el Estado – Federación, Estados, Municipios- impartirá educación primaria, secundaria y normal. Podrán concederse autorizaciones a los particulares que deseen impartir educación en cualquiera de los tres grados anteriores, de acuerdo en todo caso con las siguientes normas:
I.- Las actividades y enseñanzas de los planteles particulares deberán ajustarse, sin excepción alguna, a lo preceptuado en el párrafo inicial de este artículo, y estarán a cargo de personas que en concepto de Estado tengan suficiente preparación profesional, conveniente moralidad e ideología acorde con este precepto. En tal virtud, las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que exclusiva o preferentemente realicen actividades educativas, y las asociaciones ligadas directa o indirectamente con la propaganda de un credo religioso, no intervendrán en forma alguna en escuelas primarias, secundarias o normales, ni podrán apoyarlas económicamente.
II.- La formación de planes, programas y métodos de enseñanza corresponderá en todo caso al Estado.
III.- No podrán funcionar los planes particulares sin haber obtenido plenamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público.
IV.- El Estado podrá revocar, en cualquier tiempo, las autorizaciones concedidas. Contra la revocación no procederá recurso o juicio alguno.
Estas mismas normas regirán la educación de cualquier tipo o grado que imparta a obreros o campesinos.
La educación primaria será obligatoria y el Estado la impartirá gratuitamente.
El Estado podrá retirar discrecionalmente en cualquier tiempo, el reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planes particulares.
El Congreso de la Unión con el fin de unificar y coordinar la educación de toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a este servicio público y señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo a todos aquellos que las infrinjan".
SEGUNDA REFORMA
Fecha de Publicación: 30 de Diciembre de 1946.
Presidente en Turno: Manuel Ávila Camacho
"Artículo 3o.. La educación que imparta el Estado -Federación, Estados, Municipios- tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia;
I.- Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, el criterio que orientará a dicha educación se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Además:
"a) Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo;
"b) Será nacional, en cuanto - sin hostilidades ni exclusivismos - atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura, y
"c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte, a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de sectas, de grupo, de sexo o de individuos.
"II. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y grados. Pero por lo que concierne a la educación primaria, secundaria y normal (y a la de cualquier tipo o grado, destinada a obreros y a campesinos) deberán obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público. Dicha autorización podrá ser negada o revocada, sin que contra tales resoluciones proceda juicio o recurso alguno;
"III. Los planteles particulares dedicados a la educación en los tipos y grados que especifica la fracción anterior deberán ajustarse, sin excepción, a lo dispuesto en los párrafos I y II del presente artículo y, además, deberán cumplir los planes y los programas oficiales.
"IV. Las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente, realicen actividades educativas y las asociaciones o sociedades ligadas con la propaganda de cualquier credo religioso no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal y la destinada a obreros o a campesinos;
"V. El Estado podrá retirar discrecionalmente, en cualquier tiempo, el reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planteles particulares;
"VI. La educación primaria será obligatoria;
"VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita, y
"VIII. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan".
TERCERA REFORMA
Fecha de Publicación: 9 de Junio de 1980
Presidente en turno: José López Portillo,
Artículo 3o.- ...
I a VII.- ...
"VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita, y
VIII.- Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la Ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el Apartado A del Artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere.
IX.- El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan.
CUARTA REFORMA
Fecha de Publicación: 28 de Enero de 1992.
Presidente en Turno: Carlos Salinas de Gortari
"ARTICULO 3o.
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los anatismos y los prejuicios. Además:
a)
b)
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos;
III. Los particulares podrán impartir educación
IV. Los planteles particulares dedicados a la educación en los tipos y grados que especifica la fracción anterior, deberán impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que establecen el primer párrafo y la fracción II del presente artículo; además cumplirán los planes y programas oficiales y se ajustarán a lo dispuesto en la fracción anterior;
V a IX… "VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita, y
QUINTA REFORMA
Fecha de Publicación: 5 de Marzo de 1993.
Presidente en Turno: Carlos Salinas de Gortari.
"Artículo 3o.- Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, Estados y Municipios impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación primaria y la secundaria son obligatorias.
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.
I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa;
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Además:
a) Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo;
b) Será nacional, en cuanto -sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura, y
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos;
III. Para dar pleno cumplimiento a lo dispuesto en el segundo párrafo y en la fracción II, el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio de la educación primaria, secundaria y normal para toda la República. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de los diversos sectores sociales involucrados en la educación, en los términos que la ley señale;
IV. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita;
V. Además de impartir la educación preescolar, primaria y secundaria, señaladas en el primer párrafo, el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos -incluyendo la educación superior- necesarios para el desarrollo de la Nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura;
VI. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y modalidades. En los términos que establezca la ley, el Estado otorgará y retirará el reconocimiento de validez oficial a los estudios que se realicen en planteles particulares. En el caso de la educación primaria, secundaria y normal, los particulares deberán:
a) Impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que establecen el segundo párrafo y la fracción II, así como cumplir los planes y programas a que se refiere la fracción III, y
b) Obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público, en los términos que establezca la ley;
VII. Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere, y
VIII. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan".
sábado, 5 de septiembre de 2009
La situación del magisterio durante la revolución mexicana.
La situación del magisterio durante la revolución mexicana.
La participación de los maestros durante el movimiento armado fue muy diversa: al igual que el resto de los empleados públicos, la mayoría de los maestros no intervino en la política y continuo desempeñando sus funciones sin importar el gobierno para el que trabajaran; no obstante, algunos fueron víctimas de la política y padecieron desde el retraso temporal o indefinido de sus sueldos hasta el cese por haber colaborado con el enemigo. Otros, quizá los menos, participaron al lado de alguna de las facciones o grupos revolucionarios como ideólogos, escribanos, secretarios y consejeros de los jefes, organizadores y dirigentes de campesinos y obreros. Algunos de ellos llegaron a ser jefes políticos y militares.
Como era de suponerse la revolución genero algunos cambios en la profesión magisterial.
Al principio el cambio más notable fue la interrupción del antiguo proyecto para federalizar la enseñanza primaria, uniformándola en todo el país mediante la centralización, las asambleas nacionales de instrucción pública y el acuerdo entre el gobierno federal y los gobiernos de los estados. Esta uniformación pretendía construir un sistema nacional de educación primaria moderno con elementos comunes e igual orientación en toda la república.
La interrupción del proyecto federalizador o uniformador de la enseñanza normal no fue el único cambio que introdujo la revolución, también encontramos algunos intentos para reorientar la enseñanza normal, como los planes y programas de estudio. En general se buscaba una enseñanza normal mucho más compromet5ida con el pueblo y con la revolución.
Los cambios más radicales en el magisterio del D.F. ocurrieron después de la caída de huerta, cuando los convencionistas y los constitucionalistas disputaron el triunfo revolucionario y sucesivamente ocuparon la ciudad de México. Fue entonces cuando los maestros capitalinos se vieron sometidos a las mayores presiones políticas y, en cierto sentido, obligados a tomar partido entre las diversas facciones.
La rivalidad entre normalistas y universitarios continúo en aumento durante la revolución. Los normalistas siempre quisieron ser distintos y ser como los universitarios: querían constituir un grupo profesional diferente el resto de los profesionistas; querían tener su propio campo de actividad, sus propias funciones y sus propias normas de ingreso, de permanencia y de movilidad profesional, pero al mismo tiempo pretendían gozar de un estatus semejante al de los universitarios.
Los normalistas querían desplazar a los médicos, a los abogados y a los ingenieros de los órganos colegiados, de las oficinas de instrucción pública y de las cátedras de las escuelas normales, pues consideraban que esas posiciones eran suyas, por lo que progresivamente las habían ocupado.
Algunas instituciones de educación superior cedieron a las presiones políticas del momento y aceptaron que se integraran las escuelas normales y que el título de profesor de educación primaria fuera equivalente al de los estudios secundarios o preparatorianos.
En esta pugna encontramos que los universitarios –incluidos los preparatorianos – querían seguir siendo eso: universitarios. En cambio, las aspiraciones de los normalistas a veces llevan la marca de una aparente ambigüedad: quieren ser distintos a los universitarios, pero también quieren ser como ellos. Quieren forjar su propia identidad, distinguirse de los universitarios e incluso desplazarlos de los espacios que consideran suyos.
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