El plan de 11 años
El Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria, mejor conocido como Plan de Once Años, fue parte de la política educativa federal del entonces presidente Licenciado Adolfo López Mateos (1958-1964).
Ante la imposibilidad de formular un plan general que abarcara todos los ciclos del sistema educativo, se decidió atacar el problema desde sus inicios. La Comisión presentó una propuesta: el Plan Nacional de Expansión y Mejoramiento de la Enseñanza Primaria cuyo propósito era garantizar, en un plazo de once años, la enseñanza elemental a todos los niños entre los 6 y los 14 años que tuvieran posibilidad efectiva de asistir a la escuela y no la recibieran por falta de aulas, de grados escolares, de maestros o por cualquiera otra razón de orden escolar. La realización de este ambicioso proyecto implicaba dos acciones complementarias: por una parte, aumentar en todos los rincones del país las oportunidades de inscripción, y por otra, establecer los grados superiores en aquellos establecimientos que carecieran de ellos de tal suerte que en un lapso de once años, pudieran ofrecerse las instalaciones y servicios necesarios para satisfacer la demanda real existente en todos los grados escolares. Así, tratando de esquivar los vaivenes políticos, el Plan de Once Años representó el primer intento en México por planificar la educación a largo plazo.
Ciertamente este proyecto no era la solución definitiva a la demanda cuantitativa de la educación primaria pero era una determinación realista aunque también más difícil de precisar.
Ciertamente el proyecto, a pesar de haber analizado múltiples factores, había partido de una base poco confiable. Sin embargo, Torres Bodet había decidido seguir adelante.
El Plan de Once Años fue aprobado el 1 de diciembre de 1959. Los trabajos se iniciaron de inmediato. La Comisión afirmó que la realización de este proyecto "estaba dentro de las posibilidades técnicas de la SEP" y "no plantearía al país problemas financieros insolubres" aunque obviamente se requería de una cuantiosa erogación de carácter extraordinario -aproximadamente un total de 9,000 millones de pesos en base a los costos y salarios de 1959-. Las autoridades decidieron estudiar la manera de distribuir la carga para que no quedara únicamente concentrada en el presupuesto federal sino que pudiera contarse también con la colaboración estatal y privada, propósito que a la larga tuvo escasos resultados. Asimismo, un órgano permanente fue creado con el propósito de vigilar el progreso del plan y rectificar, periódicamente, los datos que no había sido posible prever con anterioridad.
El Plan de Once Años continuó su marcha, aunque no con el mismo vigor, bajo la administración de Gustavo Díaz Ordaz. Un presupuesto menor afectó el programa. En 1970, año en que debería de concluir el proyecto, no había sido posible alcanzar las metas. Se había partido de datos que no correspondían exactamente a la realidad. La explosión demográfica había sobrepasado todos los cálculos y la meta se había hecho más lejana: el problema de la eficiencia del sistema en este nivel, continuaba y las diferencias educativas entre el medio rural y el urbano persistía: de cada diez alumnos que el sistema lograba mantener hasta sexto grado, 9 eran urbanos y sólo uno rural.
Pese a todas las deficiencias sufridas, los resultados del Plan de Once Años eran trascendentes. Con este esfuerzo, a mediados de los años setenta, México había logrado una notable expansión del sistema educativo nacional para integrarse, con paso firme, a un mundo en constante proceso de modernización.
sábado, 16 de enero de 2010
viernes, 15 de enero de 2010
La escuela moderna
Puntos que fundamentan la Escuela Moderna
Uno de los puntos más importantes, es considerar que todo niño nace sin ideas preconcebidas y la enseñanza no debe prevenir errores, sino tratar de experimentar y conocer la verdad. Afirma a su vez, que el conocimiento no puede tener límites (en referencia al uso de una lengua) y su enseñanza no debe limitarse a una clase social (la más favorecida), sino a aquellos que la desconocen, con el fin de que la sociedad se regenere.
En su programa, niños y niñas comparten un mismo espacio justo, libre y verídico, libre de todo prejuicio, donde las ciencias naturales sustituirían al sentido dogmático y donde desarrollaría las actitudes y capacidades de cada alumno con el fin de que mejorar la potencialidad del grupo y de la sociedad.
El primer paso para congregar a niños y niños en la escuela, sería pedir a los padres que apuntasen a sus hijos a la escuela, que apuntasen también a sus hijas. Esta será la base de integración en que niños y niñas crezcan juntos. Esta postura se refleja en un artículo escrito por el autor, en el que dice que la coeducación niño−niña, evitará en el futuro que la mujer sea la mujer del hombre ya que convivirá con él compartiendo su vida, sin opresión ni sobreprotección. A su vez impartirá cursos para padres, con el fin de que la primera pedagogía recibida por el niño no sean cuentos y fábulas desligados de la ciencia y de su tiempo, que hacen que crezca entorno a una falsa ciencia.
Por otra parte, afirma que la mujer no debe permanecer en el hogar, pues conforme a la filosofía: La mujer es continuidad en el proyecto de la vida y hombre es el individuo que la posibilita; la mujer debe en la medida de sus posibilidades naturales, aportar innovación en la educación de la sociedad y de su regeneración.
La coeducación de ambos sexos se prolonga en el ámbito de los derechos humanos, en el que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derecho; terreno en el que Ferrer y Guardia afirma que los oprimidos y explotados deber ser rebeldes para hacer que dichos derechos se cumplan en ellos. Emplazado al terreno educativo, los derechos no van precedidos ni de odios ni de amores; es decir, la creación de ese derecho surge directamente de la coeducación de ricos y pobres, que nace en sí misma como idea reparadora, necesaria y buena. Llegar a tal propósito, fue posible gracias a la realización de matrículas personalizadas en concordancia con los recursos económicos de las familias.
En el apartado de la higiene escolar, el autor resalta la importancia que tiene el control de las epidemias en la escuela, a causa de la desescolarización que se puede producir de algunos alumnos, y en algunos, puede afectar profundamente a dicha institución. Como medidas, establece la vigilancia en la salubridad del edificio, ayuda paterna a aquellos críos que permanezcan en cuarentena, un programa de educación física, etc.
A su vez, anima a potenciar la salud de los aprendices con el juego y la expresión de las emociones cuando están sanos; y a cuidarla cuando se está enfermo (no olvidar que la enfermedad es falta de salud). Éstos serán fundamentos que el niño aprenderá y transmitirá a otros niños, probando por sí mismos con el tiempo que se saca más utilidad de ser solidario y bueno, que de no serlo.
El profesorado en la Escuela Moderna sólo cumple una función; pues partiendo de que los niños aprenden por sí mismos en su ambiente y naturaleza, el maestro sólo debe ser una ayuda al alumno cuando ésta la requiera, pues se da el caso en el alumno puede no estar preparado para comprender un proceso y necesitar más tiempo para aprehenderlo, siendo esta comprensión la base sobre la que el maestro trabaje en la siguiente actividad o tarea.
Ferrer y Guardia, justifica esta pedagogía, afirmando (con un ejemplo) que si cada especie de perro, necesita una educación distinta, ¿Por qué no habría de ser igual en el ser humano?. Por esta razón natural, afirma que seguir y no interrumpir el curso natural de la vida en la educación, facilitará que la educación tenga menos fallos, que la naturaleza por su propia curso irá perfeccionando.
En la Escuela Moderna no existen ni el premio ni el castigo, porque la enseñanza racional sobre la que se basa es un método de defensa contra el error y la ignorancia. Dicho método no incluye castigos, premios o exámenes con sus correspondientes calificaciones; pues calificar a los alumnos supone hacer distinciones intelectuales que les pueden confundir y dar información falsa de sus cualidades; cuando precisamente el método de la escuela trata de liberarles de su vinculación a los patrones dogmáticos, que muchas veces sus padres pretenden que también les sean impuestos en la escuela −algo que no sucederá− y que probablemente los niños enseñarán a sus padres que influyendo positivamente en su conducta.
A su vez, los castigos de profesores en la escuela serán erradicados con la expulsión del maestro, ya que una de las bases de esta pedagogía es crear un entorno de convivencia, paz y alegría.
El laicismo pretende que los jóvenes, mediante un conocimiento natural de la vida y la sociedad, puedan con el tiempo procurarse a sí mismos una forma de vida que les haga les haga felices en sociedad. Una de las herramientas que se pusieron al servicio de los alumnos, fue la biblioteca, a través de la cual los alumnos disponen de textos y cuentos de apoyo. Estos cuentos hablan unos de mitología, otros de religión, enfocados en ofrecer el conocimiento desde un punto de vista de informativo y objetivo, y desde el punto de vista negativo que también han tenido en ocasiones a lo largo de la historia. Este material está diseñado para la educación de los alumnos, pero son válidos para personas de todas las edades y oficios, ya que el conocimiento ha de ser universal y comprensible para todo el mundo.
Uno de los puntos más importantes, es considerar que todo niño nace sin ideas preconcebidas y la enseñanza no debe prevenir errores, sino tratar de experimentar y conocer la verdad. Afirma a su vez, que el conocimiento no puede tener límites (en referencia al uso de una lengua) y su enseñanza no debe limitarse a una clase social (la más favorecida), sino a aquellos que la desconocen, con el fin de que la sociedad se regenere.
En su programa, niños y niñas comparten un mismo espacio justo, libre y verídico, libre de todo prejuicio, donde las ciencias naturales sustituirían al sentido dogmático y donde desarrollaría las actitudes y capacidades de cada alumno con el fin de que mejorar la potencialidad del grupo y de la sociedad.
El primer paso para congregar a niños y niños en la escuela, sería pedir a los padres que apuntasen a sus hijos a la escuela, que apuntasen también a sus hijas. Esta será la base de integración en que niños y niñas crezcan juntos. Esta postura se refleja en un artículo escrito por el autor, en el que dice que la coeducación niño−niña, evitará en el futuro que la mujer sea la mujer del hombre ya que convivirá con él compartiendo su vida, sin opresión ni sobreprotección. A su vez impartirá cursos para padres, con el fin de que la primera pedagogía recibida por el niño no sean cuentos y fábulas desligados de la ciencia y de su tiempo, que hacen que crezca entorno a una falsa ciencia.
Por otra parte, afirma que la mujer no debe permanecer en el hogar, pues conforme a la filosofía: La mujer es continuidad en el proyecto de la vida y hombre es el individuo que la posibilita; la mujer debe en la medida de sus posibilidades naturales, aportar innovación en la educación de la sociedad y de su regeneración.
La coeducación de ambos sexos se prolonga en el ámbito de los derechos humanos, en el que los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derecho; terreno en el que Ferrer y Guardia afirma que los oprimidos y explotados deber ser rebeldes para hacer que dichos derechos se cumplan en ellos. Emplazado al terreno educativo, los derechos no van precedidos ni de odios ni de amores; es decir, la creación de ese derecho surge directamente de la coeducación de ricos y pobres, que nace en sí misma como idea reparadora, necesaria y buena. Llegar a tal propósito, fue posible gracias a la realización de matrículas personalizadas en concordancia con los recursos económicos de las familias.
En el apartado de la higiene escolar, el autor resalta la importancia que tiene el control de las epidemias en la escuela, a causa de la desescolarización que se puede producir de algunos alumnos, y en algunos, puede afectar profundamente a dicha institución. Como medidas, establece la vigilancia en la salubridad del edificio, ayuda paterna a aquellos críos que permanezcan en cuarentena, un programa de educación física, etc.
A su vez, anima a potenciar la salud de los aprendices con el juego y la expresión de las emociones cuando están sanos; y a cuidarla cuando se está enfermo (no olvidar que la enfermedad es falta de salud). Éstos serán fundamentos que el niño aprenderá y transmitirá a otros niños, probando por sí mismos con el tiempo que se saca más utilidad de ser solidario y bueno, que de no serlo.
El profesorado en la Escuela Moderna sólo cumple una función; pues partiendo de que los niños aprenden por sí mismos en su ambiente y naturaleza, el maestro sólo debe ser una ayuda al alumno cuando ésta la requiera, pues se da el caso en el alumno puede no estar preparado para comprender un proceso y necesitar más tiempo para aprehenderlo, siendo esta comprensión la base sobre la que el maestro trabaje en la siguiente actividad o tarea.
Ferrer y Guardia, justifica esta pedagogía, afirmando (con un ejemplo) que si cada especie de perro, necesita una educación distinta, ¿Por qué no habría de ser igual en el ser humano?. Por esta razón natural, afirma que seguir y no interrumpir el curso natural de la vida en la educación, facilitará que la educación tenga menos fallos, que la naturaleza por su propia curso irá perfeccionando.
En la Escuela Moderna no existen ni el premio ni el castigo, porque la enseñanza racional sobre la que se basa es un método de defensa contra el error y la ignorancia. Dicho método no incluye castigos, premios o exámenes con sus correspondientes calificaciones; pues calificar a los alumnos supone hacer distinciones intelectuales que les pueden confundir y dar información falsa de sus cualidades; cuando precisamente el método de la escuela trata de liberarles de su vinculación a los patrones dogmáticos, que muchas veces sus padres pretenden que también les sean impuestos en la escuela −algo que no sucederá− y que probablemente los niños enseñarán a sus padres que influyendo positivamente en su conducta.
A su vez, los castigos de profesores en la escuela serán erradicados con la expulsión del maestro, ya que una de las bases de esta pedagogía es crear un entorno de convivencia, paz y alegría.
El laicismo pretende que los jóvenes, mediante un conocimiento natural de la vida y la sociedad, puedan con el tiempo procurarse a sí mismos una forma de vida que les haga les haga felices en sociedad. Una de las herramientas que se pusieron al servicio de los alumnos, fue la biblioteca, a través de la cual los alumnos disponen de textos y cuentos de apoyo. Estos cuentos hablan unos de mitología, otros de religión, enfocados en ofrecer el conocimiento desde un punto de vista de informativo y objetivo, y desde el punto de vista negativo que también han tenido en ocasiones a lo largo de la historia. Este material está diseñado para la educación de los alumnos, pero son válidos para personas de todas las edades y oficios, ya que el conocimiento ha de ser universal y comprensible para todo el mundo.
La escuela socialista en México
La escuela socialista en México
La escuela socialista, nace del principio humanista de la pedagogía clásica, donde todos los hombres pueden ser instruidos en forma integral y están en condiciones de todo lo valioso y hermoso que ha producido la humanidad.
Para algunos historiadores el proyecto de educación socialista significó el sostenimiento del poder para el grupo gobernante. Por otra parte, esta escuela estaba en busca de una transformación profunda de los sistemas clasistas y de las estructuras socioeconómicas del país. Se pronunció a favor de una educación basada en un socialismo científico, que preparase a las juventudes de la época para comprender las oscuras y tenebrosas direcciones que el capitalismo ofrecía; y la desarticulación de la lacra burguesa, parásita del progreso del país y del trabajo campesino; hacia una justicia social verdadera.
De este principio central, desprenden algunos otros: la uniformidad, pretendía la unificación del pensamiento; escuela popular, o educación de las clases trabajadoras, consistía en procurar que la escuela socialista estuviera dirigida hacía los integrantes de la comunidad nacional y no a una minoría privilegiada. Cientificidad, según la Confederación Mexicana de Maestros de 1933, la escuela socialista buscaba desfanatizar y desprejuiciar a las masas y preparar eficientemente a las generaciones futuras.
La escuela socialmente útil, principio que encuentra relación con la escuela vasconceliana, pero con rasgos ciertamente diferentes, puesto que el marco teórico de ésta quedó definida por la emancipación de las clases trabajadoras, y no por una educación espiritual y un desarrollo cultural, características definitorias del proyecto de Vasconcelos. Significaba que la educación proporcionada debía tener correspondencia con los contenidos educacionales y las necesidades y los intereses inmediatos del pueblo trabajador o proletariado. Se definía dentro de un principio funcional porque promovía una educación técnica y científica que permitiesen a los trabajadores incorporarse activamente en la producción, eliminando intermediarios y las clases e instituciones parasitarias.
Cabe y es preciso aclarar que el proyecto socialista de la educación tendía hacia una directriz de progreso y justicia social, extirpando la búsqueda de la riqueza material e individual por la mejora de la comuna a base de participación y solidaridad de sus integrantes.
Bases legales de la educación racionalista y socialista.
Por su parte, la escuela socialista, inspirada en el mejoramiento de la vida social, expresaba, al igual que la racionalista, la enseñanza exenta de cualquier doctrina religiosa, además, la escuela sería organizadora de sus enseñanzas y actividades de forma que permitiese crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y la vida social.
Tal concepto, racional y exacto, suscitó una serie de controversias entre los grupos de letrados y fracciones en las cámaras. Algunos detractores de la escuela socialista argumentaban que dicho concepto era el catalizador de otro dogma aparentemente basado en una concepción materialista del mundo, en la luchas de clases y en el predominio de la verdad científica.
El proyecto de la educación socialista planteaba una escuela basada en una enseñanza bajo el criterio marxista del materialismo dialéctico como un método general del conocimiento de los fenómenos.
El texto aprobado por las cámaras de diputados y senadores y las legislaturas de los estados, el 28 de noviembre de 1934, quedó legalizado de la siguiente manera:
Art. 3º. La educación que imparta el estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social...
Al igual que el modelo antecesor, la escuela socialista abogaba por la no participación de la iglesia en las actividades educativas, además, las concesiones a los particulares estarían regidas y limitadas por criterios explícitos en el artículo 3º. Donde el Estado tendría plena libertad de revocar dichas concesiones sin que los particulares tengan elementos jurídicos para su defensa.
Acciones Y Programas
La escuela socialista por su parte desecho los principios y fines educativos de Bassols, quien buscaba capacitar al campesino para integrarlo activamente a la actividad productiva a fin de aumentar la productividad del país. Y se interesó por la organización de obreros y campesinos, la necesidad de emprender reformas sociales para el beneficio de la mayoría, y la defensa de los intereses nacionales.
Consecuencias e impactos en la sociedad
La escuela socialista tubo un gran impacto el la sociedad, sobre todo en el sentido de lograr implantar en las conciencias del proletariado un labor encaminada a la mejora se su sociedad, dejando en segundo término la prosperidad individual. Se busco una conciencia que buscara romper con la distinción de clases, acabara con los parásitos del progreso nacional y la injurias de la iglesia.
La escuela socialista, nace del principio humanista de la pedagogía clásica, donde todos los hombres pueden ser instruidos en forma integral y están en condiciones de todo lo valioso y hermoso que ha producido la humanidad.
Para algunos historiadores el proyecto de educación socialista significó el sostenimiento del poder para el grupo gobernante. Por otra parte, esta escuela estaba en busca de una transformación profunda de los sistemas clasistas y de las estructuras socioeconómicas del país. Se pronunció a favor de una educación basada en un socialismo científico, que preparase a las juventudes de la época para comprender las oscuras y tenebrosas direcciones que el capitalismo ofrecía; y la desarticulación de la lacra burguesa, parásita del progreso del país y del trabajo campesino; hacia una justicia social verdadera.
De este principio central, desprenden algunos otros: la uniformidad, pretendía la unificación del pensamiento; escuela popular, o educación de las clases trabajadoras, consistía en procurar que la escuela socialista estuviera dirigida hacía los integrantes de la comunidad nacional y no a una minoría privilegiada. Cientificidad, según la Confederación Mexicana de Maestros de 1933, la escuela socialista buscaba desfanatizar y desprejuiciar a las masas y preparar eficientemente a las generaciones futuras.
La escuela socialmente útil, principio que encuentra relación con la escuela vasconceliana, pero con rasgos ciertamente diferentes, puesto que el marco teórico de ésta quedó definida por la emancipación de las clases trabajadoras, y no por una educación espiritual y un desarrollo cultural, características definitorias del proyecto de Vasconcelos. Significaba que la educación proporcionada debía tener correspondencia con los contenidos educacionales y las necesidades y los intereses inmediatos del pueblo trabajador o proletariado. Se definía dentro de un principio funcional porque promovía una educación técnica y científica que permitiesen a los trabajadores incorporarse activamente en la producción, eliminando intermediarios y las clases e instituciones parasitarias.
Cabe y es preciso aclarar que el proyecto socialista de la educación tendía hacia una directriz de progreso y justicia social, extirpando la búsqueda de la riqueza material e individual por la mejora de la comuna a base de participación y solidaridad de sus integrantes.
Bases legales de la educación racionalista y socialista.
Por su parte, la escuela socialista, inspirada en el mejoramiento de la vida social, expresaba, al igual que la racionalista, la enseñanza exenta de cualquier doctrina religiosa, además, la escuela sería organizadora de sus enseñanzas y actividades de forma que permitiese crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y la vida social.
Tal concepto, racional y exacto, suscitó una serie de controversias entre los grupos de letrados y fracciones en las cámaras. Algunos detractores de la escuela socialista argumentaban que dicho concepto era el catalizador de otro dogma aparentemente basado en una concepción materialista del mundo, en la luchas de clases y en el predominio de la verdad científica.
El proyecto de la educación socialista planteaba una escuela basada en una enseñanza bajo el criterio marxista del materialismo dialéctico como un método general del conocimiento de los fenómenos.
El texto aprobado por las cámaras de diputados y senadores y las legislaturas de los estados, el 28 de noviembre de 1934, quedó legalizado de la siguiente manera:
Art. 3º. La educación que imparta el estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social...
Al igual que el modelo antecesor, la escuela socialista abogaba por la no participación de la iglesia en las actividades educativas, además, las concesiones a los particulares estarían regidas y limitadas por criterios explícitos en el artículo 3º. Donde el Estado tendría plena libertad de revocar dichas concesiones sin que los particulares tengan elementos jurídicos para su defensa.
Acciones Y Programas
La escuela socialista por su parte desecho los principios y fines educativos de Bassols, quien buscaba capacitar al campesino para integrarlo activamente a la actividad productiva a fin de aumentar la productividad del país. Y se interesó por la organización de obreros y campesinos, la necesidad de emprender reformas sociales para el beneficio de la mayoría, y la defensa de los intereses nacionales.
Consecuencias e impactos en la sociedad
La escuela socialista tubo un gran impacto el la sociedad, sobre todo en el sentido de lograr implantar en las conciencias del proletariado un labor encaminada a la mejora se su sociedad, dejando en segundo término la prosperidad individual. Se busco una conciencia que buscara romper con la distinción de clases, acabara con los parásitos del progreso nacional y la injurias de la iglesia.
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